En la consulta de Angiología y Cirugía Vascular de Paracelso Sagasta encontrarás a la doctora Eva Martín Herrero, facultativa especialista en Angiología y Cirugía Vascular en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Nació en Zaragoza, aunque tiene raíces alcarreñas, ya que la familia de su madre procede de Guadalajara. Desde que obtuvo su licenciatura en Medicina y Cirugía en 2001 ha estado vinculada a la actividad universitaria. Así, en 2016 se doctoró con mención cum laude con la tesis “Seguimiento y Evaluación de Complicaciones en 1.000 implantes consecutivos de Dispositivos de Estimulación Cardíaca en una Unidad de Arritmias”.
Actualmente continúa sus lazos con la universidad, ya que es profesora asociada en Ciencias de la Salud.
De manera constante ha continuado su formación, con la asistencia a numerosos cursos y congresos, de los más recientes, el congreso de Flebología de la sociedad de la que forma parte y cursos de escleroterapia de varices. En estos últimos años ha obtenido la acreditación para Dirección de instalaciones de radiodiagnóstico médico y el Certificado para la realización de exploraciones vasculares no invasivas.
Para dar una atención más especializada comenzó recientemente su trayectoria en Paracelso Sagasta, donde encuentra “a un maravilloso equipo que mira por prestar la mejor calidad de atención a los pacientes”.
En esta entrevista conocemos más sobre Eva Martín, angióloga y cirujana vascular.
Angiología y Cirugía Vascular aborda un amplio e importante campo de la Medicina, ¿en qué consiste esta especialidad médico-quirúrgica?
La Angiología y Cirugía Vascular es una especialidad médico-quirúrgica responsable del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato circulatorio. La misión del mismo consiste en hacer llegar a través de las arterias y, con ella, el oxígeno y los nutrientes a todas las células de nuestro organismo, para finalmente devolverla por las venas de nuevo al corazón.
¿Cuáles son las patologías más habituales que presentan los pacientes?
La mayoría de los pacientes que acuden a nuestra consulta presentan enfermedades del sistema venoso, siendo las varices la patología más habitual. La clínica puede variar siendo solamente desde un aparente pequeño problema estético, pero pueden comportar complicaciones más serías, tales como flebitis, trombosis o úlceras en las piernas, que pueden evitarse con un diagnóstico y tratamiento a tiempo.
¿Cuáles son los síntomas que alertan de que puede existir un problema de tipo arterial, venoso o linfático?
• Las arterias tienen una función vital, ya que se encargan del aporte sanguíneo, y con ello del oxígeno y nutrientes a los tejidos. Si falla, sus células mueren (infarto, necrosis…). Estas arterias envejecen de una manera más rápida cuando las sometemos a los factores de riesgo vascular: tabaco, hipertensión, colesterol, diabetes… dando lugar a la ateroesclerosis. Estas arterias dañadas pueden dar estenosis u oclusiones, dejando de aportar sangre a los órganos que irrigan, pudiendo dar lugar a infarto de miocardio, ictus, isquemia de las piernas, gangrena… Pero también pueden crecer de una manera lenta y silenciosa, dando lugar a aneurismas, que pueden llegar a romperse y llevar al paciente a la muerte.
• En el caso de la patología venosa, puede producirse una insuficiencia de las válvulas produciendo una hipertensión venosa debido a la dificultad de retorno venoso. Esto puede provocar en los pacientes síntoma de pesadez, cansancio, calambres, prurito. Clínicamente nos podemos encontrar desde la aparición de arañas y telangiectasias, que pueden esconder detrás un problema más importante venoso, hasta la aparición de venas varicosas, cambios tróficos en la piel, y la aparición de úlceras venosas como estadio final de la insuficiencia venosa crónica.
• Los linfáticos quizás son los grandes olvidados de la patología vascular. La patología más frecuente es el llamado linfedema, que puede ser congénito o secundario a procesos como intervenciones quirúrgicas o cáncer. En este caso, el edema tiende a ser más duro que el venoso y no desparece con el reposo.
Centrémonos ahora en su actividad en el Centro Médico Paracelso Sagasta: ¿En qué consiste su día a día? ¿A qué patologías suele enfrentarse en la consulta?
La mayoría de los pacientes que acuden a mi consulta tienen algún síntoma referido a la insuficiencia venosa crónica. Se les realiza un estudio Eco Doppler para detectar la enfermedad y ponerle tratamiento a tiempo para evitar complicaciones. Este tratamiento puede ser conservador o requerir acciones más agresivas como cirugía de varices y/o esclerosis venosa.
También acuden pacientes con síntomas de patología arterial de las extremidades inferiores. Se les realiza una correcta exploración clínica y diversas pruebas complementarias para clasificar al paciente según su grado de enfermedad. Según los resultados se indicará el tratamiento oportuno.
Una exploración que se realiza frecuentemente es el Eco Doppler de TSA. Éste es el método de elección para valorar la existencia de isquemia cerebrovascular y la detección de precoz de ateroesclerosis, permitiendo realizar una prevención adecuada de la enfermedad.
Además del diagnóstico y el tratamiento, el angiólogo y cirujano vascular tiene una labor preventiva. ¿Qué consejos podemos seguir para evitar este tipo de enfermedades?
En términos generales y referido a la patología venosa, evitar el sedentarismo y sobrepeso, llevando una dieta adecuada. Se deben realizar actividad física regular, duchas de agua fría, evitar fuentes de calor, masajes, elevar los pies en la cama o llevar calzado adecuado.
Con respecto a la patología arterial, lo fundamental es evitar los factores de riesgo ateroesclerótico: hipertensión arterial, tabaco, azúcar o colesterol son algunos ejemplos.
Profundizando un poco más en su faceta personal, ¿qué le llevó a decantarse por la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular?
Tengo que decir que yo siempre he tenido una gran vocación quirúrgica. Hay diversas enfermedades en las que la cirugía es la única posibilidad curativa. Son cirugías muy detallistas, meticulosas y con abordajes muy variados. Aunque esta especialidad es eminentemente quirúrgica, incluye el manejo de pruebas diagnósticas y una parte clínica especifica.
Y, finalmente, ¿qué es lo más le gusta de su trabajo?
Lógicamente el hecho de conseguir curar o aliviar las enfermedades de mis pacientes.